Da tanto y pide tan poco...
- Laura

- 15 jul 2020
- 3 Min. de lectura

El Áloe vera o barbadensis miller, una maravilla de la Naturaleza, con sus más de 250 propiedades entre vitaminas, minerales, aminoácidos, antraquinonas, monosácaridos y polisacáridos, enzimas... ; palabras que aunque nos suenen un poco raras, son todo beneficios para nuestra salud.
El Áloe vera es una planta milenaria originaria de África e India, que crece espontáneamente en partes cálidas del planeta. Ha sido utilizada desde hace 4.000 años por la humanidad, y actualmente sigue siendo muy investigada por la ciencia pues se trata de una planta muy valorada por sus virtudes para la salud. Elegida por la NASA para numerosos experimentos, si tienes una planta de Áloe vera en tu casa absorberá el 90% de la tóxicidad que producen materiales como el PVC, barnices y pinturas, y las radiaciones electromagnéticas procedentes del ambiente.
Aunque tiene múltiples nombres según países y culturas, su significado etimológico es: Aloe que proviene del hebreo alloeh y significa "sustancia amarga y brillante";
Vera viene del latín y significa "verdad".
Podemos definir la así como: sustancia amarga y brillante verdad.
El Áloe vera nos devuelve la salud y armonía perdida.
Existen más de 300 variedades de Áloe, las más utilizadas por sus posibilidades farmacológicas y propiedades beneficiosas son el Áloe vera o barbadensis miller, el Áloe arborescensis y el Aloe ferox.
UNA PLANTA CON MUCHAS VENTAJAS Y POCOS INCONVENIENTES
Esta planta perenne de la familia de las liliáceas tiene un tallo corto, es de hojas largas que se agrupan en forma de rosetón, que van desde el color verde o verde claro dependiendo de la tierra y agua que reciba. Sus flores crecen en racimos y florecen una vez al año desde finales de invierno hasta primavera. Son flores muy bonitas amarillas-anaranjadas en el Áloe vera y rojas intensas en el Áloe arborescens.
El Áloe guarda agua en su interior, de hecho un 98,5% es agua, lo que la hace sobrevivir en tiempos largos de sequía y terrenos áridos, y es sorprendente además su capacidad para auto cicatrizarse.
Para saber la edad de una Áloe vera puedes contar sus hojas: entre 12 y 16 hojas el primer año de vida, la adulta puede llegar hasta 30.
Se trata de una planta con muy buen poder de adaptación que necesita pequeños cuidados. En verano será suficiente con regar la una vez a la semana y una vez al mes en invierno. Aunque no necesite gran cantidad de agua sí necesita tener un buen drenaje, siendo recomendable si la colocas en maceta colocar una fina capa de graba al final y buena tierra. Al Áloe le gusta el sol y el clima cálido, como hemos mencionado, por lo que si la tienes en jardín puedes colocarla al sol sin problema en invierno y en verano entre sol y sombra. Si la tienes dentro de casa lo mejor para que reciba luz natural es colocarla bajo de una ventana.
El viento fuerte no la beneficia porque puede llegar a romper su tallo aunque sí una brisa suave y si proviene del mar mucho mejor.

Del ella obtenemos el GEL DE ÁLOE para elaborar jugo o usarlo sobre la piel. El gel del Áloe gel es antibiótico, astringente e inhibe el dolor cicatriza y regenera.
El acíbar de la planta es el líquido amarillo que sale al cortar la hoja , que es lo que contiene la aloína, antiguamente se utilizaba como purgante y para la elaboración de tinturas. Se aconseja si consumimos su jugo directamente de la planta la eliminación de la aloina, aunque su toxicidad depende de la cantidad que tomemos.
Si cortamos una hoja para su uso esta se mantendrá varios días verde y viva, conservando sus propiedades, para ello se aconseja guardarla en la nevera, no más de una semana, para usarla en sus diferentes usos y aplicaciones.
Como ves tener Áloe vera en casa nos da muchos beneficios para nuestra salud y pide muy poco para sus cuidados. El Áloe nos da lo que se da a si misma. Cultivando Áloe vera podremos mejorar nuestra calidad de vida, además de ser una planta de muy buenas vibraciones y portadora de buena suerte.



